viernes, 31 de octubre de 2008

EPIDEMIA

La epidemia es cuando una enfermedad afecta a una población superando de manera brutal la capacidad de respuesta del sistema sanitario de esa población. Entonces se produce un gran número de muertes que se hubieran podido evitar.

El empobrecimiento de sectores cada vez mayores de la población del mundo, la multiplicación de conflictos bélicos y, sobre todo, los desplazamientos de población que se producen a consecuencia de éstos, hacen que las epidemias sigan produciéndose con frecuencia, afectando especialmente a aquellos que ya sufren la miseria, las guerras, las enfermedades habituales o que han tenido que huir de su tierra.

El sarampión, el cólera, la meningitis y la fiebre amarilla son las enfermedades más comunes la causa de las principales epidemias, a las que cabe añadir la tuberculosis, la difteria, la infección por VIH, el sida y el ebola, así como las endemias parasitarias, etc.

En el Sur, el sarampión es responsable de una gran mortalidad en los niños. En 1993 hubo 45 millones de casos de sarampión en el mundo y murieron más de un millón de niños por esta causa. El colapso o inexistencia de los servicios de salud hace que se vacunen a muy pocos niños, por lo que las epidemias se producen con frecuencia. La malnutrición y los tratamientos insuficientes se suman como causa importante de muerte en periodo de epidemia. Las epidemias de sarampión son especialmente graves cuando afectan a los campos de refugiados, donde causan la muerte de hasta el 20% de los enfermos.

El cólera se transmite por el agua o algunos alimentos. Por eso es cada vez más frecuente en países donde se deterioran las infraestructuras básicas de agua y saneamiento, por causa de guerras o empobrecimiento. Los refugiados en lugares que no cuentan con suficiente cantidad de agua, donde viven hacinados y sin higiene, en condiciones infrahumanas y donde los servicios de asistencia sanitaria no existen o están desbordados, producen las condiciones para el cólera. La muerte por cólera sobreviene por deshidratación, cuando los pacientes no tienen acceso a tiempo a un centro de asistencia sanitaria o cuando éste se halla desbordado.

Las enfermedades asociadas al agua (diarreas, esquistosomiasis, oncocercosis, dracunculosis, cólera...) y al saneamiento obedecen a diversas causas, tales como la agregación de excretas, la contaminación por sustancias químicas y los vectores. Constituyen una de las primeras causas de morbilidad y mortalidad en los países en desarrollo.

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